El valor estratégico de las alianzas


 

No me había dado cuenta, recién revisando veo que la Benemérita Fundación Mi Billetera recibió un generoso aporte, más que suficiente para calmar mi sed de cerveza, sono molto felice, un milione di grazie Luciano! iré de inmediato a malgastarlo, como corresponde.

La estrategia más valiosa
Estaba viendo la entrevista a un general retirado de la Otan donde le preguntaban que lección estratégica podía sacarse a partir de lo de Ucrania, la respuesta no fue lo que esperaba pero ilustra perfectamente el concepto de lo que significa «estrategia»

Dijo algo así como «la enseñanza estratégica más importante que hemos sacado de todo esto es cuan importante es tener alianzas, Estados Unidos, con todo su poderío militar, no habría podido conseguir nada actuando solo».

Si lo pensamos bien, ni Rusia ni China tienen verdaderas alianzas y eso los hace débiles. Aunque tienen países con intereses compartidos. Entre ellos mismos por ejemplo, Rusia y China comparten el mismo interés de debilitar el poder y la influencia de Estados Unidos. El problema es que la comunidad de algunos intereses no es suficiente para construir una alianza estratégica, eso sirve para alianzas tácticas.

Son como esas personas que compran amistad dando plata, trabajo o favores interesados, si, tendrán apoyo mientras puedan regalar algo, pero el apoyo se desvanece en cuanto se terminan los regalos.

Un ejemplo muy bueno de las alianzas tácticas fue el Pacto Alemán-Soviético de 1939, que públicamente los comprometía en un tratado de no agresión por 10 años, renovable y en una parte secreta se acordaban el reparto de Polonia una vez que la conquistaran. Ambas cosas eran intereses comunes entre Hitler y Stalin, sin embargo eran problemas de corto plazo, es decir tácticos. No fue raro que Hitler lo rompiera en 1940 y los que eran aliados pasaron a ser enemigos.

De la misma manera, ante un eventual pacto entre China y Rusia llegaría el momento en que alguna de las partes lo rompería, porque ambos países tienen como objetivo llegar a ser LA potencia hegemónica, como pasa con todos los absolutismos. Pueden hacer alianzas tácticas pero estratégicamente serán siempre enemigos.

Muy distinto es cuando existe una comunidad más o menos amplia de valores, que hacen posible unirse frente a amenazas que desafían esos valores. Ese es el caso de las democracias contra los totalitarismos por ejemplo. O el rechazo de las invasiones militares sin causus belli, algo en que parece que están de acuerdo prácticamente todos los gobiernos del mundo menos Rusia y otros cuatro. En casos así las alianzas son estratégicas.

Rusia está completamente aislada por eso, la invasión de Ucrania resultó -a ojos de practicamente todos los países- un acto inaceptable y pelear una guerra desde el aislamiento estratégico es una tarea casi imposible. Creo que por eso les ha ido tan mal pese a sus enormes recursos militares y materiales sobre Ucrania. No se puede pelear sin alianzas.

Y si me dicen que India, Bielorusia, China o lo que sea son aliados de Rusia puede ser. Es decir, puede que por conveniencia aprovechen de hacer acuerdos tácticos para aprovechar de comprarle barato gas, trigo y petróleo pero esas serán solo alianzas tácticas como la de Hitler con Stalin, que no irán más allá de los intereses de corto plazo.

También a nivel de personas
No recuerdo quien dijo -creo que fue Margaret Mead- que la primera prueba de civilización fue cuando encontraron el esqueleto de un hombre de las cavernas que se había fracturado una pierna y había sanado porque otros le habían ayudado. Eso es algo que no se ve en los animales, solo en humanos civilizados. Cuando un animal cae herido los demás siguen como si nada, la manada no se queda cuidándolo.

Esto de hacer alianzas no es solo un asunto diplomático y de guerras sino que sirve para todo, especialmente en el nivel personal. Ya les he contado antes que soy muy antisocial y que me encanta estar solo, muchas veces me he sentido identificado con este caballero

William John Cavendish-Scott-Bentinck, un noble británico que vivió en el siglo XIX, fue “el Príncipe del Silencio”. Introvertido desde la infancia, se convirtió en un completo ermitaño después de que una mujer lo rechazara. Era tan reacio a la compañía que solo se comunicaba a través de cartas. Los sirvientes tenían que ignorarlo si alguna vez lo veían afuera, y él «actuaba como un árbol» para que nadie lo notara.

Bueno, la cosa es que yo mismo -ermitaño y todo- vivo sediento de amistad y simpatía. Prácticamente todo lo que he hecho en mi vida -este blog por ejemplo- ha sido para buscar y estar con gente que me caiga bien. Con esto quiero decir que cualquiera que sea nuestro temperamento no hay mejor estrategia que buscar alianzas basadas en valores y preferencias compartidas 

¿Y qué mejor definición de la amistad que esa? Así es como buscamos amigos, también así buscamos pareja y todo lo demás, son alianzas estratégicas porque las pensamos a largo plazo, basadas en preferencias compartidas, simpatías y respeto mutuo.

Claro que también hay personas y gobiernos -al final los gobiernos terminan en una persona- que son medio psicópatas. Esos buscan satisfacer sus deseos y necesidades  aunque sea a costa de hacer sufrir a otros. Los psicopatas pueden ser encantadores a veces, pero no tienen ningún remordimiento en pegar el zarpazo cuando alguien se interpone frente a lo que desean. Así es más o menos como veo la actuación de Putin con Ucrania y creo que mucha gente lo ve de manera parecida. Creo que por eso Rusia está peleando tan sola, lástima que los rusos comunes y corrientes son los que están pagando el pato.